Con la declaratoria de emergencia sanitaria y social por la pandemia del coronavirus, el país se ha olvidado del escándalo llamado “Ñeñe-Política” en donde presuntamente el “ganadero” de la costa norte, José Guillermo “ñeñe” Hernandez, compró votos en 2018 para que Ivan Duque Márquez fuera el presidente de Colombia.
Con la muerte del ganadero, ocurrida en Brasil, donde según las autoridades de ese país, fue por robarle un reloj Rolex, se empezaron a destapar lo que parecen vínculos del “ñeñe”, con grupos al margen de la ley. Muchas personas en la costa norte colombiana siguen diciendo que el mencionado señor es un gran empresario y destacado hombre de negocios, pero las autoridades están convencidas que no es así.
La exreina de belleza y conyugue del “ñeñe”, Maria Monica Urbina, el 6 de septiembre de 2019, es decir, 4 meses después del asesinato de su pareja, instauró una demanda en el juzgado primero de familia del circuito de Bogotá, para que la declaren compañera permanente, además de solicitar la pensión de supervivencia y parte de los bienes que se recuperen del proceso de extinción de dominio que la Fiscalía General de la Nación ya echó a andar por los nexos del difunto con narcotraficantes.
Entre las propiedades incautadas y las que aun están por procesar, se calcula una fortuna de 1 billón de pesos aproximadamente, por eso hay una disputa jurídica entre los hijos del occiso, Juan Miguel y Juan David Hernández, quienes ni la reconocen como pareja permanente de su padre, ni aceptaron una conciliación que la misma exreina les propuso. En consecuencia, van a dar la pelea para que ella no reclame ni pensión, ni bienes de su fallecido padre. De la “ñeñe política”, seguiremos esperando a ver si al acabar la pandemia, se tienen resultados que muestren al mundo, lo que todos saben, pero nadie asegura.
